Los verdaderos dueños de Malinalco (4/7)

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Volando, nadando y corriendo
(Fauna)

En cuanto a animales se refiere pareciera que en Malinalco la consigna es: si lo vez y te gusta agárralo, si tiene carne cómetelo, si tiene mas de cuatro patas aplástalo y si se mueve dispárale. En verdad, casi invariablemente para la gran mayoría de la gente que vive o va de visita a este municipio, los animales son catalogados implícitamente como malos, elementos decorativos, comida o blanco para las escopetas; malos como las serpientes, zorrillos, arañas, ratones, mosquitos o alacranes; elementos decorativos como las aves, las mariposas, los mayates o las crías de cualquier bicho; comida como los peces, los armadillos, las iguanas, los venados o los chapulines y como blanco de las escopetas cualquiera que se mueva enfrente de una de ellas; quizá por esto los animales se comportan con ambivalencia, pues se mueven pero procuran hacerlo de preferencia lejos de la vista y su presencia se advierte generalmente solo de manera indirecta: el ave que canta embelezando pero no se muestra, el coyote que aúlla burlón y tétrico escondido, las ranas que croan entre el agua y la hierba pero de noche, la serpiente cuyo cascabeleo advierte que acecha entre lo invisible, las luciérnagas que se muestran un instante y aparecen después en otro lugar, el conejo del que solo se aprecia su fugaz carrera, el águila o el zopilote que solo se dejan ver lejos, allá, donde no se pueden alcanzar.

Los Verdaderos dueños de Malinalco (3/7)

Los hijos de la lluvia
(Micobiota)

Entre los meses de Julio y Septiembre, cuando la temporada de lluvias se encuentra en su máximo apogeo y Malinalco se ofrece a los ojos bañado y rodeado de vapor, emerge de entre la tierra, la hojarasca y los troncos, la evidencia de la presencia de unos enigmáticos y para la gran mayoría de nosotros poco conocidos seres vivos, son los hongos, organismos a los que muchas personas no pueden ubicar ya que no son plantas, ni animales, ni bacterias, ni virus, ¿que son entonces los hongos?, por lógico que parezca los hongos son hongos, conforman un grupo de organismos bien diferenciado y especializado que toman su alimento directamente del lugar en donde crecen sin necesitar, como las plantas, de la luz para realizar la fotosíntesis; sus características los conforman como una entidad independiente a otros grupos biológicos y en conjunto forman la micobiota, término que designa a todas las especies de estos seres que crecen en un lugar en particular.

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Ante la enorme responsabilidad que como especie humana tenemos en la degradación de los sistemas naturales del mundo y de México en particular, es nuestra obligación como sociedad fomentar la formación, desarrollo e impronta de actitudes encaminadas al conocimiento, respeto y uso sostenible de los recursos naturales.

Esta responsabilidad nos atañe a todos, no solo a padres de familia o profesores de los diversos niveles educativos; no obstante en México, esta tarea ha sido tradicionalmente dejada en las manos de los profesores, muchos de los cuales realizan esfuerzos sobrehumanos para cumplir con la misión; desgraciadamente a veces los “profes” no cuentan con las herramientas para hacerlo y hablan de educación ambiental como un área de estudio y no como un proceso: pues realmente debe seguirse una serie de pasos ordenados para cumplir con el objetivo, son muchos los autores que han definido la educación ambiental, sin embargo la mayoría coincide en que debe ser un proceso que incluye un esfuerzo planificado para comunicar información y/o suministrar instrucción, basada en los más recientes y válidos datos científicos al igual que en el sentimiento público prevaleciente, dicho proceso debe ser diseñado para apoyar el desarrollo de actitudes, opiniones y creencias que apoyen a su vez la adopción sostenida de conductas que guían tanto a los individuos como a grupos para que vivan sus vidas, crezcan sus cultivos, fabriquen sus productos, compren sus bienes materiales, se desarrollen tecnológicamente, etc; de manera que minimicen lo más que sea posible la degradación del paisaje original o las características geológicas de una región, la contaminación del aire, agua o suelo, y las amenazas a la supervivencia de otras especies de plantas y animales.
Actualmente en México la mayoría de los planes de estudio de los diferentes niveles educativos incluyen ya a la “educación ambiental”, sin embargo salta a la vista que no ha rendido todavía los frutos deseados.