Por muy diversas situaciones es común que a las personas se les ocurra tener como mascota: tortugas, hurones, ranas, pericos, tarántulas, lagartos, serpientes e incluso animales como mapaches, monos, águilas y leoncitos; es decir, se les antoja mantener en su casa fauna silvestre que por definición es aquella que vive sin intervención del hombre para su desarrollo o alimentación. Para empezar, es necesario que sepas que la mayoría de los expertos en Biología, Veterinaria y Medicina coinciden en una cosa: la fauna silvestre bajo ningún concepto debería ser mantenida como mascota, pero si aun así sigues teniendo ganas, antes de ir a la tienda de mascotas y comprar, ponemos a tu consideración 10 cosas que debes saber:
2.- La compra de estos animales está regulado por leyes nacionales e internacionales ya que existe un enorme tráfico ilegal de estas especies, por tanto al momento de tu compra debes exigir una nota o factura (el ticket no basta y en realidad casi ni sirve) en la que queden claramente asentados una de dos cosas: a) el número de aprovechamiento y la clave del criadero del que proviene (estos los provee la SEMARNAT a criadores legales) o b) un número de autorización de importación seguido del número de autorización para comercializar fauna silvestre. Si no te dan esa factura con esos requisitos, quiere decir que ese animal NO es legal y que proviene del tráfico ilegal y estarás fomentando la extinción de esas especies al comprarlas; además es necesario, según la legislación nacional, que aparte de la factura hagas un trámite de registro de mascota ante la misma secretaría, si no lo haces estas comprando un problema ya que si alguna autoridad ambiental por rutina o porque alguien te denuncia, te pide que demuestres la legalidad de tu animal y no puedes, te harás acreedor a fuertes multas y sanciones.
3.- Para cuidar a estos animales aparte de tiempo se necesita muuuucho dinero, ya que por ejemplo las consultas con veterinarios especialistas en fauna silvestre son muy costosas, se necesitan refugios especiales y caros que los resguarden para que estén bien, no se escapen y a ti te mantengan protegido de él (recuerda que son animales salvajes), los medicamentos para curarlos son escasos, caros y muchas veces hay que importarlos.
4.- Muchos animales silvestres naturalmente tienen dentro de sus organismos bacterias, virus u hongos, que si bien a ellos no les hacen daño, para el ser humano pueden ser muy peligrosos e incluso mortales, por ejemplo la mayoría de los reptiles (no importa el tipo) naturalmente tienen la bacteria Salmonella que a ellas no les hace daño pero a ti te puede matar (no, no es exageración), a este proceso de contagio animal a humano se le llama zoonosis y es un riesgo con el que tendrás que vivir, claro que el vendedor te dirá que no, que están libres de enfermedades y etc., etc., pero eso no garantiza que el animal adquiera esos patógenos posteriormente.
5.- Previo a la compra, requieres informarte ampliamente sobre los hábitos y necesidades del animal (los folletitos que te venden en la tienda francamente no sirven), así que antes de tomar la decisión de comprar el animal y para cuidarlo bien, adquiere libros, revistas especializadas, revisa foros serios en internet, etc. Además, infórmate sobre el veterinario especialista en fauna silvestre más cercano a tu domicilio, ya que estos son escasos y la mayoría de los veterinarios solo están capacitados para atender fauna doméstica.
6.- Considera a los otros miembros de tu familia, es común que si se tienen niños pequeños o personas inmunodeprimidas estos sean los primeros en enfermarse ante la llegada de una de estas “mascotas” porque su sistema inmune es más débil; quizá tu mamá no soporte una serpiente en la casa y termine por obligarte a deshacerte de ella; a lo mejor a tu esposo no le hace ni tantita gracia meter una araña en la casa; en fin, debes sondear y llegar a un acuerdo, porque de una u otra manera tendrán que convivir todos.
7.- Considera si tienes otra u otras mascotas, a lo mejor un gato que va terminar arrancándole la cabeza a la tortuga o un perro que se va agarrar a mordidas con el tierno mono titi no es una buena idea.
8.- A un animal silvestre se le debe de manejar (tocar, manipular, mover) lo menos posible y solo debe hacerse cuando este plena y técnicamente justificado, ya que se estresan fácilmente e incluso por estrés pueden morir; eso quiere decir que en teoría no lo deberías sacar a “pasear”, ni tenerlo en la mano, ni acariciarlo y sí considerar que el bicho deberá tener el espacio mínimo suficiente para realizar sus movimientos naturales el cual puede ser, dependiendo de la especie, desde uno a varios metros cuadrados.
9.- Si un día ya no puedes cuidarlo y quieres deshacerte del pobre animal (cosa muy, muy frecuente), jamás lo liberes, si lo haces puede que el animal haga daño al ecosistema donde lo piensas soltar ya sea porque tenga enfermedades que puedan contagiar a otros animales o porque quizá no se distribuya allí naturalmente (por ejemplo hay personas que sueltan pitones africanos en Malinalco Edo. Mex., para que según ellos vivan libres), tendrás que llevarlo a un centro de investigación de la vida silvestre y allí dejarlo.
10.- Son animales salvajes y se van a comportar como tales, van a morder, picar, arañar y atacar si se sienten molestados y eso es muy impredecible; además, por más que le pongas nombre y le hables no te van a reconocer, porque sencillamente su código genético no está programado para hacer contacto con el humano.
Y el pilón:
11. Jamás, jamás compres animales venenosos, el riesgo es muy grande y los antídotos son excesivamente caros y difíciles de conseguir; tampoco te recomendamos la compra de primates no humanos ya que el riesgo de zoonosis es muy elevado y, por último, tampoco compres grandes felinos, al principio son tiernos pero con el tiempo no hay quien aguante comprando 15 kg de carne diarios ni una mordida sin la pérdida irreparable de algún miembro.
La manutención de fauna silvestre como ves es muy complicada, si tienes muchas ganas de contacto animal cómprate un perro, un gato o algún otro doméstico ya que aunque también necesitan muchos cuidados, nunca serán tantos como un animal silvestre. Por último toma en cuenta que no es ético mantener encerrado a un animal salvaje para satisfacer modas, caprichos o porque están bien padres, ojala este artículo te sea de utilidad, si es así, porfa dale me gusta o compártelo, gracias. =)
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